Urvashi Bailo

Vaginas traumatizadas

Escribir este post es algo que llevo sintiendo desde hace varios días, a mi me sirve para expresar lo que para mi y a través de mi experiencia se hace evidente y para vosotras espero que también os sirva, que leer esto sea una invitación a «darse cuenta», perdonar y dejar que se libere y transforme la memoria de dolor cristalizada en sintomatología vaginal.

Cada vez en consulta atiendo a más mujeres, mis amadas maestras, que llegais a mi por sintomatología vaginal (candidiasis, infecciones bacterianas, dolor en el coito, condilomas, VPH, herpes…). Intimando con vosotras y creando un espacio en el que podemos llegar a la raíz de lo que está vinculado con este tipo de sintomatología todas (y cuando digo todas es todas) habeis pasado por episodios de vida de mucho dolor emocional que en el cuerpo de mujer han dejado una imprenta en forma de síntoma vaginal.

Esas candidas, ese picor vaginal, el herpes…. acaban siendo el testigo, la huella, de un abuso hacia el cuerpo de mujer, bien sea porque la mujer ha sufrido una agresión sexual por parte de un hombre o porque ella misma no ha respetado su cuerpo y se ha dejado penetrar con tal de ser aceptada, querida o retener un hombre a su lado cuando en realidad no quería ser penetrada. En el caso de las agresiones sexuales el cuerpo de la mujer se siente tan dolido que en todas las capas que tiene que atravesar se han liberado aquellas más superficiales, pero queda la parte más profunda en la que toda la carga emocional contenida en la vagina va a tener que abrazarse para dejarla transformarse en lo nuevo que ya no necesita picar, inflamarse ni infectarse.

La vagina es una entrada, una puerta mística al misterio femenino donde a la vez reside nuestra vulnerabilidad, un espacio que de forma orgánica se abre cuando el respeto y el amor confluyen. Tantas veces es abierto de forma agresiva que acaba apareciendo ese trauma emocional en forma de síntoma, pidiendo una sanación y cura con tal de poder integrar y perdonar esos sucesos.

Cuando las dietas, los suplementos, todo aquello indicado para tratar estos síntomas no está funcionando la llamada es a que puedas mirar tus heridas con el amor suficiente a ti misma para crecer con ello y seguir hacia delante, sin miedo.

Mi propuesta es acompañaros en un ciclo de Obsidiana, o un ciclo de Rebirthing, dejando que sea la respiración que devuelva la vitalidad a la vagina y le permita reconocerse como puerta de entrada al placer y no al dolor. Estas sesiones van acompañadas de terapia floral y de Aromaterapia y es que como terapeuta y con el paso de los años también me he tenido que rendir a la verdad, a acoger que lo que el cuerpo necesita es poder desbloquear, desenredar los hilos del inconsciente y dejar que el trauma de lugar al gozo y es que finalmente la vagina nos conecta con la vida, con el ser penetradas por ella libres de toda carga.

Con esto no quiero decir que todos los casos sean iguales, sino que en algunas ocasiones con dieta y suplementación natural podemos resolver estos síntomas ya que la impregnación es mínima y en otros casos el dolor, la rabia, el enfado, la tristeza…. y cualquier otra emoción que está impregnando la vagina necesita tener su espacio de expresión con tal de reestablecer la salud emocional además de la salud física.

Ilustración Dani Dodge